Por Arelis Marrero González
La inclusión de niños con síndrome de Down y otras formas de diversidad funcional es un tema importante y necesario en nuestra sociedad. Los niños típicos tienen un papel importante en la promoción de la inclusión, especialmente cuando se les enseña a ser pacientes y empáticos con otros niños que tienen necesidades diferentes.
Un día, mientras esperaba a María Isabel en la escuela para llevarla a sus terapias, sucedió algo que me enterneció el corazón. Resulta que una de sus compañeras de clase, había hecho un regalo para ella y le había dejado una notita escrita a mano. La compañera había notado que María necesitaba más ayuda que los demás y decidió acogerla, hacerla su amiga y preocuparse por ella. María Isabel era el tema de conversación en su casa y siempre estaba pendiente de ella y la ayudaba en el salón. Este pequeño gesto de amabilidad y empatía por parte de su compañera de clase me llenó de esperanzas. Me hizo reflexionar sobre lo mucho que los niños pueden hacer para practicar la empatía y la paciencia con otros niños que tienen necesidades diferentes, y cómo estos pequeños actos de bondad pueden tener un impacto duradero.
La inclusión de niños neurodiversos requiere que los niños típicos desarrollen paciencia y empatía desde temprana edad. Estas habilidades les permiten construir relaciones sólidas y significativas sin importar las diferencias de habilidades o necesidades. Esto puede ayudar a fomentar un ambiente escolar positivo y a fomentar la inclusión en todas las áreas de la vida.
Los pequeños pueden lograr mucho cuando practican la paciencia y la empatía. Algunos de los beneficios pueden incluir:
- Fomentar la inclusión: Cuando los niños aprenden a ser pacientes y empáticos con otros, están fomentando la inclusión en su entorno social. Esto puede ayudar a que los niños con diversidad funcional se sientan más aceptados y parte del grupo.
- Mejorar la comunicación: A menudo, los niños con diversidad funcional tienen formas únicas de comunicarse. Cuando los niños aprenden a ser pacientes y a prestar atención a las señales no verbales, pueden aprender a comunicarse de manera más efectiva con otros niños.
- Desarrollar habilidades sociales: La paciencia y la empatía son habilidades sociales importantes que pueden ayudar a los niños a desarrollar relaciones más sólidas con otros niños, incluso aquellos con diversidad funcional. Los niños también pueden aprender a adaptarse a diferentes situaciones sociales y a interactuar de manera más efectiva con una amplia variedad de personas.
- Fomentar la resiliencia: Cuando los niños aprenden a ser pacientes y empáticos con otros niños con diversidad funcional, están desarrollando habilidades de resiliencia. Aprender a lidiar con las frustraciones y los desafíos que a menudo surgen al interactuar con niños con diversidad funcional, los puede ayudar a ser más resistentes y a adaptarse mejor a situaciones desafiantes en el futuro.
En conclusión, al practicar la paciencia y la empatía los niños pueden fomentar la inclusión, mejorar la comunicación, desarrollar habilidades sociales y fomentar la resiliencia. Estas son habilidades importantes que pueden ayudarlos a ser más empáticos y compasivos con los demás a medida que crecen y se desarrollan.