Cuando decidí aprender a coser lo que realmente quería era poder confeccionar ropa para mi y para mi pequeña María Isabel. Crecí usando la ropa que me hacía mi mamá. Ella era costurera de profesión y las telas y las máquinas de coser no eran desconocidas para mi. Pero nunca llamaron mi atención. Mis intereses eran muy distintos y no fue hasta casi mis 40 años que comencé a interesarme por la costura.
En aquel momento buscaba en Pinterest proyectos sencillos para principiantes y me topé con varios tutoriales y patrones de muñecas de tela. María apenas se acercaba a su primer cumpleaños y por su bajo tono muscular, acentuado por su síndrome de Down, todavía le costaba mucho jugar con las muñecas que tenía, además de otras destrezas motoras.
Así que pensé que intentar coserle muñecas de tela era el proyecto perfecto para aprender a coser. Mi interés inicial fue poder ayudarla a jugar con muñecas y estimular sus destrezas de motor fino. Las primeras muñecas fueron un desastre y para nada lo que yo esperaba, pero con el tiempo y la práctica fui perfeccionando la técnica.
Con el tiempo he visto los beneficios de que María Isabel use muñecas de tela como parte de sus actividades diarias. Aquí te presento tres de las más importantes para mi.
- Son livianas y pequeñas lo que hace que sea más fácil de manipular para ella.
- Su textura es suave y estimula su sentido del tacto.
- Estimula su imaginación y es ideal para el juego simbólico
Además, las muñecas de tela son hermosas. Un producto hecho a mano con el amor de mamá siempre será único e irrepetible. En estas muñecas de tela encontré una herramienta sencilla y accesible para estimular y comprometerme con el desarrollo de mi hija.